Las emociones influyen en distintas decisiones que se toman día con día, y aquellas relacionadas con el dinero no son la excepción. Existe un patrón al momento de tomar decisiones sobre el dinero, y este suele ser que se tomen desde creencias y experiencias, cuando deberían tener como punto de partida el conocimiento.
El manejo de dinero tendría que ser sencillo y fácil, por ejemplo, si ganas $10 pesos no puedes gastar más de esa cantidad. Sin embargo, como seres humanos solemos relacionar lo material con un sentido de pertenencia, e incluso relacionarlo a la satisfacción y felicidad, y es en ese momento cuando las emociones se involucran.
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La gestión emocional puede ser el soporte necesario para tomar decisiones inteligentes, que partan desde un punto de conocimiento y lógica, y no desde un desbalance emocional.
Las emociones están relacionadas con cualquier comportamiento del ser humano, y en las finanzas es igual, porque la relación con el dinero parte del comportamiento de qué hacer con él. Para comprenderlo mejor, la asesora y terapeuta financiera, Malleni Padilla, en entrevista, explica que se debe analizar la relación: “Yo, el dinero y lo que me hace sentir el dinero”.
Emociones que influyen en el ámbito financiero
El estado de ánimo de una persona suele reflejarse en sus acciones, por ejemplo, una compra innecesaria. Estas acciones tienen un impacto en todos los aspectos de la vida de una persona, incluyendo el ámbito financiero. A menudo las personas pasan por alto el impacto que las emociones pueden tener en decisiones económicas.
Desde la euforia de una inversión exitosa, hasta el miedo por una pérdida financiera. El buen o mal manejo de las emociones puede guiar o desviar a una persona de alcanzar sus metas financieras.
Estas son las principales emociones que se deben gestionar al momento de tomar decisiones financieras:
- Miedo: es la emoción más importante, puede ayudar a no tomar riesgos muy altos que pudieran generar perdidas, pero también puede ser un freno al crecimiento, al dejar ir oportunidades valiosas.
- Impulsividad: esta emoción puede llevar a tomar decisiones muy arriesgadas, motivadas por la necesidad de ser más que los que te rodean.
- Culpa: cuando se toman decisiones impulsivas, la culpa suele surgir de inmediato al analizar la situación, esto puede ser influenciado por la necesidad de pertenecer.
Evitar tomar decisiones desde la necesidad de pertenecer o de seguir una tendencia es clave para una economía próspera.
“Las malas decisiones financieras vienen desde una construcción interna. Durante toda la vida se comienzan a generar múltiples “debería”, y con el paso del tiempo, se pierde la claridad entre lo que si quieres hacer y lo que te hiciste creer que deberías hacer”.
-Malleni Padilla, asesora y terapeuta financiera
La especialista nos comparte un ejercicio que puede facilitar la toma de decisiones, y así evitar el “debería” y encontrar una razón congruente. Por ejemplo, al pensar en incursionar en el mundo de las inversiones existen dos posibles respuestas a la pregunta:
¿Por qué voy a empezar a invertir?
- Porque es bueno invertir, cada vez es más sencillo de hacer, tengo que seguir las tendencias.
- Porque me va a ayudar a tener estabilidad financiera, busco comenzar a construir un patrimonio, y después de investigar, es la mejor opción para mí.
A) Debes profundizar en cómo influyen tus emociones al tomar decisiones y trabajar en mejorar tu gestión emocional.
B) Tienes bajo control tus emociones y no influyen en tus decisiones. Entonces, para poder identificar desde donde se está tomando una decisión es necesario cuestionarse el porqué.
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Cómo una buena gestión emocional funciona a favor de tu patrimonio
Cuando se logra tener una gestión emocional, en el contexto de las finanzas, se puede potenciar significativamente el crecimiento del patrimonio. Este proceso implica reconocer y comprender el impacto de las emociones en las decisiones para crear un futuro. Al tener una gestión emocional sólida se protege el patrimonio de impulsos y decisiones precipitadas.
Malleni nos cuenta que la gestión emocional es la que va a permitir concientizar la relación con el dinero y de esta forma, poder tener un patrimonio próspero ¿Cómo traerlo a la realidad? Cuestionante, si lo que tu mente escucha de tu voz es congruente y va relacionado a la decisión que quieres tomar, si es así, entonces proviene desde la lógica y la gestión emocional. Si al contrario, no tienen relación, entonces revisa la situación y cuestiona tu decisión antes de tomarla.
Un recurso para mejorar la inteligencia emocional es la educación financiera, porque de ahí se toma el conocimiento necesario para tomar decisiones informadas. Además, como se mencionó antes, la reflexión sobre las propias emociones en relación con el dinero permite mayor conciencia y control.
La educación financiera permite que las personas adquieran conocimientos y habilidades básicas que les permiten administrar mejor sus recursos, permitiéndoles incrementar y proteger su patrimonio, de acuerdo con la CONDUSEF.
Para complementar se puede recurrir a técnicas de meditación y mindfulness que permiten mantener la calma y la gestión emocional, fundamental para tomar decisiones.
Cómo tomar mejores decisiones cuando eres inversionista
Esto son 10 tips para tomar decisiones acertadas y planeadas como inversionista, de acuerdo con la terapeuta financiera:
- Cuestiona tus decisiones ¿por qué? ¿para qué?
- Pregúntate cómo se siente hacer lo que estás haciendo.
- No tomes decisiones por seguir una tendencia. Para ser inversionista debes estar bien informado.
- Tu situación financiera debe sentirse bien, tómate el tiempo de evaluarla y definir tus objetivos.
- Tener estructura y conocimiento, facilitarán futuras decisiones.
- Gestión emocional, para tener el control ante los diferentes escenarios.
- Acepta la posibilidad de cambios en factores que impactan en tu plan de inversión.
- Aprende de tus experiencias. Para ello, es bueno tomar en cuenta las experiencias pasadas para identificar patrones de malas decisiones.
- Paciencia en tu plan de inversiones. Los buenos resultados no llegan de la noche a la mañana.
- Respeta tus límites, conócete, sigue tu estrategia y objetivos, no lo que dicta el entorno.
Una inteligencia emocional sólida es un pilar fundamental en el mundo de las inversiones. Al reconocer y gestionar de manera efectiva las emociones, como inversionista se crea una habilidad que brinda estabilidad y salud financiera.
La capacidad de mantener la calma ante la incertidumbre, resistir las influencias emocionales y mantener una visión a largo plazo son atributos que contribuyen a un crecimiento sostenible del patrimonio.
La inteligencia emocional no solo enriquece el enfoque de un inversionista, también consolida su futuro, abriendo su mente a posibilidades innovadoras como el capital privado, una industria en crecimiento con la que suelen ser cautelosos.
En WORTEV CAPITAL, somos un fondo de capital privado, que se distingue por fomentar la inversión en emprendimientos con alto potencial de crecimiento. Representa una opción atractiva para inversionistas que no solo demuestran habilidades en el manejo de sus emociones, sino también un genuino interés en mantenerse informados sobre las tendencias y desarrollos de la industria.