Muchas veces pasa que el dinero se nos va, como por arte de magia. Sin embargo, cuando uno cuenta con un presupuesto bien trazado, es más fácil identificar cuándo el dinero se está escapando. Uno de los peores puntos de fuga, son las compras impulsivas.
Las compras impulsivas no son forzosamente lo mismo que los gastos hormiga, aunque a veces van de la mano. En realidad, se trata de gastos más fuertes, generalmente promocionados por la mercadotecnia.
En el sistema económico actual, es muy fácil que encontremos todo tipo de ofertas. Desde el Buen Fin (emulando al Black Friday de Estados Unidos) hasta el Hot Sale, existen temporadas específicas generadas para convencer a la gente de comprar cosas sólo porque están en oferta.
Cada vez es más común recibir cualquier cantidad de mensajes invitándonos a aprovechar ciertas ofertas. Puede ser el teléfono de última generación, una venta de alguna aerolínea para viajar, o los precios muy bajos de alguna app: todos nos piden nuestro dinero.
La tentación puede ser enorme y la idea de “solo se vive una vez” nos alienta a seguir ese impulso. “Total, el dinero va y viene” nos suena a buena justificación. Sin embargo, para poder respetar el presupuesto que tenemos, no hay que caer en esta trampa.
Es muy sencillo mantenerte dentro de tu presupuesto. Las siguientes ideas salvarán tu dinero de gastos inesperados e innecesarios:
La mejor forma de evitar las compras impulsivas es plantear grandes metas y tener una inversión para ir haciendo crecer tu dinero. Ante la duda de si vale la pena la compra, pregúntate:
Si te aleja de tu meta y no es una necesidad básica, mejor no lo compres. Verás que al final llegarás a mejores metas.
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