¿Cómo sortear la inflación y por qué es importante?

Una de las mayores preocupaciones de los países, a nivel económico, es la inflación. Esta se define como el aumento sostenido y generalizado de los precios por un largo periodo de tiempo. Por ejemplo, si todos los productos de la canasta básica suben su precio cada semana por más de dos meses. En cambio, si la gasolina sube solo durante un periodo de desabasto, pero regresa a su precio al reabastecerse el suministro, no califica como inflación.

Cuando la inflación es muy alta es cuando vemos que el dinero que no nos alcanza como antes. Esto explica que de repente, al comprar la despensa, gastes más de lo que sueles gastar, a pesar de haber comprado lo de siempre. Así, el presupuesto se ve superado y el sueldo parece “ya no rendir”.

Para medir la inflación, en México se utiliza el Índice Nacional de Precios del Consumidor (INPC). Se trata de un instrumento estadístico para medir el cambio de los precios en el tiempo mediante una serie de productos establecidos como necesidades de las familias urbanas. Por ejemplo, la canasta básica, la electricidad, el agua, la gasolina.

¿Cómo afecta?

Esto es muy intuitivo. Si las cosas cuestan más, pero el sueldo no aumenta, entonces ya no alcanza. Cuando la inflación supera la expectativa del plan económico del país, los productos básicos se vuelven más caros. Y, por supuesto, los que ya eran “lujos”, se alejan más de nuestras manos. Así, la inflación afecta todo nuestro estilo de vida, desde la comida hasta los planes como viajes y otros gastos recurrentes como el gimnasio o ir al cine.

La inflación genera incertidumbre para los negocios y hace que los costos sean inestables. Además, tiende a frenar al crecimiento económico del país al poner en riesgo empleos y sueldos seguros debido a ese desequilibrio.

¿Cómo manejar las consecuencias de la inflación?

Hay algunas ideas sencillas para hacer que el impacto de la inflación sea menor para ti. Se estima que se gastan dos terceras partes del sueldo en las necesidades básicas. Por ello te recomendamos lo siguiente.

  1. Haz tu balance. Haz tu presupuesto considerando que tu renta no debe exceder el 30% de tu sueldo. Debes ganar el costo de tu renta multiplicado por tres para asegurarte de que no te faltará dinero.
  2. Considera primero lo básico (renta, servicios, despensa). Estas necesidades básicas réstalas a tu sueldo. Lo que sobra es lo que tienes realmente “disponible” para gastar.
  3. Reserva una cantidad para invertir de forma segura. Recuerda que una inversión es un ahorro que trabaja para ti al dar rendimientos. Esto es muy importante contra la inflación, pues tu dinero crece.
  4. Evita gastos impulsivos. Es evidente que antes de comprar, debes asegurarte de que será algo que mejore tu vida (herramientas de trabajo, felicidad a largo plazo) y que sea la mejor oferta.
  5. Investiga las opciones financieras. Además de manejar tu presupuesto sabiamente cada día y mes, es importante ver más allá. Conoce y pregunta sobre todas las opciones de ahorro e inversión para ver cuál se ajusta más a tus deseos y necesidades.

Aprende a manejar mejor tu dinero y aprende a cuidarlo también. No dejes tu ahorro pasivo, siempre opta por la inversión para que tu capital te genere un extra.

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